Durante las últimas décadas, el sector turístico ha experimentado un notable crecimiento, convirtiéndose en una industria de gran peso en la economía y comercio internacional. Sin embargo, la puesta en marcha de un turismo sostenible es fundamental para su mantenimiento.
La llegada de turistas internacionales a España registró una nueva cifra histórica en 2018 al alcanzar los 82,6 millones pero, en la búsqueda de un turismo de calidad que permita que la masificación no afecte negativamente a los recursos naturales de los que dispone cada país, el desarrollo de un turismo sostenible se hace esencial.
Según la Organización Mundial del Turismo (OMT) este es “el turismo que tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas”.
Lo cierto es que el turismo convencional produce multitud de efectos negativos de gran repercusión dada la magnitud de la industria entre los que se encuentran la contaminación de las reservas naturales, la erosión, el hacinamiento hotelero o el desplazamiento de la población local ante la llegada masiva de visitantes.
El turismo convencional produce multitud de efectos negativos de gran repercusión dada la magnitud de la industria entre los que e e
En ese sentido, Naciones Unidas reclama, a través de la Agenda 21, que las actividades turísticas se organicen en armonía con las peculiaridades y tradiciones de las regiones y paisajes receptores, de forma que se proteja el patrimonio natural que constituyen los ecosistemas y la diversidad biológica y cultural.
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La OMT considera fundamentales para la implantación de esos principios en los centros turísticos algunos requisitos como la minimización de los residuos, la conservación y gestión de la energía y del recurso agua, el control de las sustancias peligrosas, los transportes, el planeamiento urbanístico y la gestión del suelo.
También pide el compromiso medioambiental de los políticos y de los ciudadanos, el diseño de programas para la sostenibilidad y la colaboración para el desarrollo turístico sostenible. Para facilitar los procesos, la Agenda 21 plantea estrategias y políticas encaminadas a hacer más sostenible el turismo y qué herramientas utilizar para ello.
Muchos ayuntamientos españoles ya han puesto en marcha planes de turismo sostenible. En el caso del Ayuntamiento de Madrid, por ejemplo, en la última edición de IFEMA se presentó Infocart, una unidad móvil de información turística que consiste en un vehículo autopropulsado por tecnología sostenible, no contaminante y alimentación energética mediante baterías eléctricas y paneles solares. Esto es solo una muestra de los proyectos que se están sacando adelante desde las administraciones públicas.