Ideas sobre la forja de un líder público en tiempos de convulsión

Ideas sobre la forja de un líder público

MIGUEL JARAMILLO LUJÁN*. Los nuevos tiempos demandan nuevos liderazgos mucho más proclives a entender su forja desde variados ámbitos que trascienden la academia y se siembran a partir del contacto con el entorno, la comprensión de los nuevos retos del ser pero también de la percepción a partir del adecuado manejo de la marca personal con una claridad de la importancia de virtudes como la inteligencia emocional, el adecuado control a la labor, la configuración competente de su equipo de trabajo y la mirada puesta en los nuevos tiempos y sus desafíos. Hoy la realidad no diferencia entre el servidor de lo público y el servidor corporativo, ambos deben trabajar de manera articulada por fortalecer los valores ciudadanos y superar el relato populista y demagogo que ha sido la desgracia de muchos estados en América Latina.

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Miguel Jaramillo Luján

Es emocionante pensar y corroborar en el mundo real de la consultoría política y empresarial que ningún triunfo y menos una derrota son definitivos y definitorios del propio destino ni de aquel que líder. En la política o el mundo corporativo moderno y pandémico, se libran constantes batallas por ser y parecer que parecieran diversas y desligadas pero que cada vez los entornos digitales nos han demostrado que están estrechamente ligadas y que además llegan con un vacío muy grande de personas forjadas para ser verdaderos y deseables líderes públicos. Un líder público se forja con base en tres herramientas cotidianas que son fruto de una permanente consciencia y reflexión con el ánimo de entender las señales del camino: formación académica, entrenamiento técnico y aprendizajes habituales. Sin plena conciencia frente a estas realidades, sería complejo asumir con resiliencia esta carrera de resistencia llamada Liderazgo público, una ruta profesional con más obstáculos de los que cualquiera quisiera y un escenario donde no solo vencen las buenas intenciones, los propósitos sanos, sino la perseverancia y el trabajo estructurado de quien aspira a ser un líder público destacado. La formación académica hoy es un aspecto clave no sólo por la experiencia del aula, el laboratorio, sino por ese vínculo de quien estudia con el ámbito donde se realiza de manera permanente formación, investigación y extensión; en la medida que se entiende que esas actividades tan propias como propósito de casi todos los foros de educación superior, deberían ser prácticas habituales en el ejercicio de un líder público: formación que profundiza y permite comprender y aprehender de manera distinta en el contacto con los problemas que son la materia prima habitual sobre la que trabaja un líder empresarial, gubernamental, corporativo o gremial.

Cuando hablamos de entrenamiento técnico, algunos suelen confundirlo como un aspecto accesorio de la carrera de un líder público sobredimensionando la formación intelectual o el conocimiento técnico; sin ir al fondo de la trascendencia que tiene el ejercicio de habilidades y competencias a manera de laboratorio con pruebas de ensayo-error que le permiten al líder probar sus competencias según el caso que afronte, pues el mejor entrenamiento es aquel que se encarna en los problemas de la cotidianidad física y digital bajo inmersión de realidades que podrían traer consecuencias favorables o desfavorables para el sujeto de acuerdo con su proyecto profesional.

Es habitual que bajo el modelo de la burocracia con sus malas interpretaciones, muchos consideren que las habilidades para liderar y más cuando se gobierna, no son necesarias fruto de esa lamentable satanización de quien lidera en gobiernos públicos, un planteamiento expuesto por el autor Olsen (2006), cuestiona a quienes maltratan a las entidades del sector público, que califican como indeseables, obsoletas y sin viabilidad, pues responden perfectamente al prototipo de la antigua burocracia, que incluso es una malinterpretación de la teoría de Max Webber. Por el contrario, continúa Olsen, las democracias contemporáneas se encuentran en una interesante discusión acerca de las correctas estrategias de administración pública y liderazgo público, planteando que estas organizaciones deben presentar niveles aceptables de identidad institucional y de viabilidad financiera.

Lo que denomino como Aprendizajes Habituales son una serie de experiencias procesables a partir de la capacidad de escucha, retentiva, una sensibilidad especial con las personas, los territorios y el contacto que muchas veces la arrogancia, autosuficiencia y carencia de humildad que algunos líderes públicos confunden con seguridad o capacidad de persuasión; hace que muchas personas se pierdan la oportunidad de aprender de cada experiencia cotidiana incluso de aquellas donde no se deben tomar decisiones o no se comparte en el aula con aquel que consideramos como un entorno de aprendizaje. Todo es Escuela Bajo el sol y la mejor visibilidad que puede tener un líder reside en su ocultación para que se cumpla la frase de Lao Tzu el filósofo chino: «Un líder es mejor cuando la gente apenas sabe que existe, cuando su trabajo está hecho y su meta cumplida, ellos dirán: Lo hicimos nosotros».

Pensar por separado hoy la misión del servidor público en comparación con aquel que lidera lo privado es absurdo e inconveniente y quizá ese es uno de los retos que me he trazado al plantear esta teoría donde por momentos pareciera que solo hablo de lo público pero donde me refiero a ambos terrenos en el intento por orientar una forja como líderes de las nuevas generaciones.

Una marca propia que deje huella

Distinguirse es marcar diferencia en relación con las demás personas u organizaciones que compiten con usted como líder público en un mercado similar, y por ello ser diferente demanda un conocimiento a fondo de las propias fortalezas, no porque usted lo piense o quiera así, sino porque usted debe tomar conciencia en relación con un mercado donde puede distinguirse para captar la atención de sus usuarios.

Forjar Marca es una tarea titánica cuando piensas que no debes reinventarte. Ninguna actitud más soberbia en un entorno altamente variable y dónde lo único permanente es el cambio, como la de pensar: No tengo nada qué cambiar y si así he funcionado y me he sostenido, nada debe variar en la forma y fondo que tiene mi oferta de productos o servicios para mis usuarios o ciudadanos.

Partamos de la oferta: Hoy servir como líder público es tener una oferta global que llega a cualquier rincón del planeta, muy pocos marcas personales hoy no se prestan bajo plataformas, discursos y sistemas de distribución globales y con una base de alto nivel de conocimiento como el principal insumo.

Lleguemos a la demanda: Usted sale al mercado a ofertar y piensa que hay unos sujetos pasivos a los cuales usted solo debe colmarles una necesidad, generar satisfacción y quizá hacer algún esfuerzo para que lo reconozcan; ¡está equivocado! Hoy los usuarios son prosumidores, gestan los propios contenidos en relación con sus necesidades, hacen circular altos volúmenes de información sobre ellos, su vida, sus necesidades, el buen o mal servicio, lo que les gusta o no de su producto y si usted no se entiende en esa recta horizontal, pues simplemente usted no se distingue.

Y entre oferta y demanda tenemos la promoción, el precio, la plaza, el producto y yo diría que además una urgente necesidad de reconocerse como marca personal o corporativa y de preguntarnos ¿Cuál es la experiencia que genero como producto o servicio? ¿Cuál es el relato que me define? ¿Qué de mi relato porta el diferencial que me va a permitir no extinguirme pronto?

El valor de forjar Inteligencia emocional

Nunca un líder o un gobierno público o corporativo ha recibido el 100% de respaldo y aceptación a todas sus decisiones por parte de sus públicos de interés, la humanidad es inconforme por naturaleza y la tarea de liderar el Estado es malagradecida, razón por la cual un líder competente debe prepararse junto a su familia para tener altos niveles de tolerancia a la frustración, para que no se pueda debilitar su voluntad de conducir “el barco” desde un juicio claro donde se suman la técnica de la ciencia y la intuición del ciudadano con intereses y motivaciones particulares.

Compleja tarea es liderar si le sumas que no puedes apartarte de los ciudadanos, pues precisamente ellos te eligieron a ti o a tu jefe y con sus impuestos se pagan tu salario y las obras que ordenas; por lo cual debes valorar, tomar en cuenta y tratar de responder a las corrientes de opinión colectiva que puedan estarse sintiendo en el territorio que gobiernas. En suma: son los ciudadanos el principal sujeto de tu acción de gobierno y a quien te debes.

El honor de servir en lo público demanda unas habilidades mentales y físicas que deben entrenarse de manera permanente con base en estos 5 valores de inteligencia emocional de un líder público o corporativo:

Franjas blindadas de tiempo: Dedique al menos un 25% de su día a blindar agenda con el propósito de pensar, evaluar, estudiar, rayar, comparar sus apuntes y el sustento que le han dado sus coequiperos en relación con un tema frente al cual usted deba tomar decisiones. Que no suene el teléfono, que nadie lo interrumpa salvo que sea una urgencia.

Ley de los tres octavos: Es el ideal de cualquier tarea humana. No permita que lo excepcional se vuelva norma y trate de defender esta Ley por el bien del rendimiento en su trabajo y resistencia física y emocional. 8 horas para el trabajo, 8 horas para descansar y 8 horas para sus seres queridos incluyéndolo a usted.

Lea bien su agenda: Cada día de la semana y cada hora del día tiene un rasgo racional y emocional para usted y para sus colaboradores. Es clave además de planificar para ello sobre la base de cumplir al menos un 65% de lo planificado, comprender que el rendimiento físico y emocional suyo no es el mismo en una reunión los primeros días de la semana o en las mañanas en comparación con la actitud y el entorno que caracteriza una tarde de viernes, sábado o domingo. Nuevamente que lo excepcional no se vuelva regla.

No consumir redes o medios bajo presión: Un gobernante debe ser cercano desde las redes sociales, el contacto ciudadano y los medios de comunicación, pero eso no equivale a atender estas tres fuentes de contacto sin ningún tipo de filtros. Defina un objetivo, asigne personas en su equipo que le permitan discernir la información útil para la toma de decisiones y comprensión de los problemas y una recomendación que suelo dar a mis asesorados: No consuma medios masivos, redes sociales o contacto con personas sin antes haber tenido un filtro de contexto y una mediación que le permita tener serenidad racional y emocional.

Evite las reacciones bajo impulso: Las oportunidades de cometer un error y derrumbar el castillo de naipes de la gestión e imagen logradas se pueden venir al piso por una mala reacción, un mensaje en social media salido de contexto o el diálogo con un medio de comunicación o ciudadano salido de tono.

¿De qué se alimenta usted?: Cuide su alimentación, ejercite su cuerpo, aliméntese de relaciones sanas, evite trasnochar demasiado o los excesos de cualquier tipo. ¿Qué tipo de personas lo rodean de manera permanente? ¿Qué tipo de lecturas, música, cine, contenidos en su celular nutren su día y su vida cotidiana? Esto determina la calidad de vida que usted lleva y trae consecuencias en su misión como gobernante.

La revolución de la administración pública (Kettl, 2005) indica que los gobiernos (entiéndanse públicos o privados) se encuentran en una constante búsqueda de mejora de la productividad en los procesos de las organizaciones estatales y de la orientación al servicio y esas mejoras pasan por los hábitos que sepa cultivar un líder y la forma cómo transmita, motive e impulse.

Liderazgo en modo ecosistema digital. A menudo las personas publican cualquier cantidad de contenidos en redes sociales, páginas web e incluso programas chat de smartphone sin ser conscientes de que borrar un perfil, archivos o contenidos publicados, no es sinónimo de la huella digital que deja ese contenido, que hoy constituye un elemento de construcción de imagen y reputación.

El prestigio o el afecto que tienen los cibernautas en relación con una persona, institución, organización o causa se mide desde la huella digital y se establece bajo juicios que hace el cerebro en asociación positiva o negativa a partir de los elementos cuantitativos o cualitativos diseminados por usted a su alrededor a partir de sus actuaciones, decisiones, imágenes, palabras o textos diseminados en la vida cotidiana virtual.

En materia de liderazgo es importante hacer un monitoreo online para conocer la huella y sus secuelas reputacionales, antes de tomar decisiones. No se trata de la marca, pues la huella recoge es la respuesta de las personas que nos rodean como públicos de interés, frente a las manifestaciones que hemos realizado; pero que a la hora de tomar decisiones es importante medir para lograr el objetivo de persuasión y que nuestro propósito pueda concretarse de manera satisfactoria y con la menor oposición posible.

Hoy son las redes sociales, blogs y algunos medios digitales con soporte físico que tienen alto impacto; los principales portadores de texto con información relevante que usted debe dimensionar. No es lo mismo un trino del presidente Barack Obama en contra o a favor de una persona o una institución que una primera página de un diario local o nacional; ni es lo mismo un insulto que usted recibe de una persona con 100 seguidores en Facebook que una crítica que le hacen en el espacio radial de más audiencia en su país. El medio es el mensaje como decía Marshall Macluhan y cada evidencia de la huella online hay que interpretarla, medirla y evaluar si merece una respuesta o no.

Lo que sí resulta inadmisible bajo toda circunstancia es la censura o persecución de los medios o periodistas que por algún motivo hacen alguna referencia a un líder político, religioso, empresarial, comunitaria o de alguna rama del ejercicio público. Mejor evalúe el impacto y trabaje de manera estratégica su comunicación para que pueda sopesar viejas huellas on line que sean desfavorables a su reputación.

Saber Forjar un equipo. La presencia de un talento humano idóneo también pasa por el estilo de liderazgo que se tenga en la organización liderada por ese candidato, gobernante, presidente de una empresa o CEO y sus valores. La definición de los perfiles, funciones y el alcance que espera de la tarea habitual de cada uno de ellos así como una necesaria alineación de expectativas y anhelos, es clave a la hora de convocar a las personas que van a rodear a un líder en la forja de un andamiaje que construye su imagen y reputación, comprendiendo este ejercicio no solo como un tema perceptual sino como un esfuerzo por generar cimientos muy sólidos desde su acción diaria que generen confianza, credibilidad y proyección colectiva en busca del desarrollo de las personas que integran esa organización llámela empresa, país, municipio, estado e incluso su propia casa.

Un líder público debería tener cubiertas 4 áreas desde las habilidades y destrezas de un equipo de trabajo, que – bajo un absoluto y riguroso rol de confianza y manejo- se conviertan en sus extremidades.

Asuntos Legales: Confluencia entre los temas legales en el ámbito nacional pero un cruce de todas las variables internas, mixtas y externas de la organización donde las normas, códigos, reglas y marcos legales; tienen incidencia en cada una de las decisiones, acciones, omisiones o actos que se cumplen desde el propósito misional que se lidera y con base en el proyecto que se aspira a construir con visión de futuro. Se trata de un blindaje clave para la protección de la reputación a todo nivel.

Asuntos misionales: Se parte del objetivo fundamental de la organización que se lidera en la cual se busca un propósito y desde la misión que se desarrolla: sea una empresa, un gremio, una entidad pública, una industria, una fundación, campaña u otro rol; lo que se haga debe tener una factura elevada y gozar de buena reputación en el respectivo sector y mercado natural.

Comunicaciones: Se debe contar con un equipo proactivo, diligente y con la capacidad para avizorar escenarios, prever mensajes, tener capacidad de reacción, intuición y tener una justa proporción entre su talento como asesores y como hacedores en una clara combinación estratégica y táctica.

Apoyo técnico: El tiempo de quien lidera es un gran activo que no se puede desperdiciar y por eso hay ciertas tareas tácticas y técnicas que deberían delegarse para aprovechar al máximo el tiempo, la presencia y el conocimiento de quien líder en pro del proyecto trazado.

Nuevos liderazgos en tiempos de Covid-19

¡Quien no sabe para dónde va, allá llega! Es un dicho popular y es claro que nos aprestamos a vivir una nueva etapa de esta pandemia bajo un concepto compartido por la consultora mexicana Gisella Rubach en el Primer Encuentro Internacional de Liderazgo Público en 2019; denominado la nueva “covidianidad”. Tiempos convulsos que exigen liderazgos con decisiones para momentos complejos.

La OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos señaló en la pospandemia sobre los nuevos liderazgos que deberían emerger: “La crisis del coronavirus (Covid-19) ha hecho que se replanteen muchos supuestos en los métodos de trabajo del servicio público, por lo que los líderes del sector tienen que hacer espacio para la innovación al tiempo que gestionan el riesgo y son responsables de los resultados, también deben apoyar agendas de rápido movimiento, gestionar y transformar grandes organizaciones, motivar e inspirar a sus fuerzas laborales y ser socios confiables para los ciudadanos y una lista cada vez mayor de socios y partes interesadas” un claro llamado al liderazgo sobre bases constructivas, generosas, que se interesan por el bien común sobre un propósito de compasión y construcción colectiva.

A manera de conclusión es menester señalar que la nueva covidianidad demanda sociedades donde el rol de líder público ya no va a ser diferenciada desde la óptica de las necesidades ingentes de las grandes anomalías que esperan solución. Retos como el cambio climático, el abastecimiento alimentario, los riesgos de nuevas pandemias, el colapso de las economías u otros que nos traiga este siglo XXI demandan un trabajo mancomunado entre el sector corporativo y el servicio público civil, donde logremos como sociedad que haya ejercicios de liderazgo menos populistas, demagógicos y evolucionemos con propuestas que nos permitan la supervivencia de la humanidad.

Bibliografía

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  • ANDERSON AN GERBING, Structural Equation Modeling in Practice: A Review and Recommended Two-Step Approach Psychological Bulletin, 103 (3) (1988), pp. 411-423
  • BRIAN TRACY, Negociación. Grupo Nelson, Nueva York. 2015
  • CABRERA MOYA, Diego. Liderazgo en el sector público: una revisión de la literatura. Tesis de grado para optar al título de doctor Universidad del Rosario en Bogotá, Colombia 2015
  • ESCALANTE Carlos, gana quién Menos se Equivoca. Unaula. Medellín 2019
  • GREENE, Roberto. Las 48 Leyes del Poder. Atlántida. Buenos Aires, 2013
  • JARAMILLO LUJÁN, Miguel. Marca Poder, el Poder como Marca. Planeta. Bogotá 2019

*Miguel Jaramillo Luján es Magíster en Gobierno de Universidad EAFIT, Colombia; Máster Comunicación de U. Complutense de España y Licenciado en Comunicación-Periodismo de UPB, Colombia. Ganador de 5 premios de la Asociación Colombiana de Consultores Políticos en 2019 y 2020 y nominado en dos categorías a los Victory Awards de EEUU 2020. En varios países de Hispanoamérica es consultor, estratega y entrenador de equipos de gobierno con líderes y gobernantes que han sido elegidos como los más populares en sus territorios por firmas globales de investigación como Invamer y Yan Haz. Autor de varios papers, ponencias y libros indexados sobre liderazgo, gobierno, política, comunicación, marketing, relaciones públicas, campañas políticas y ámbito digital. Docente universitario en EEUU, Colombia, España, Bolivia, Ecuador, México y Perú; conferencista en varios eventos internacionales sobre gobierno, políticas públicas, marketing, imagen y comunicación. Director y Ancor de www.jaramillolujan.com y del portal de formación
www.marketingpoliticoygobierno.com
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