FRANCISCO MORENO *Profesor de Next Educación. Texto íntegro de su comparecencia en el Congreso de los Diputados para presentar su proyecto de dirección de RTVE: Gracias por concederme la oportunidad de dirigirme a ustedes. Han querido las circunstancias que, tapados con mascarillas, sin poder siquiera darnos la mano, vengamos hoy, en mi caso desde la ultraperiferia subtropical de este Estado, a defender, en el ambiente más gélido que quepa recordar, lo que diseñamos a contrarreloj en unas días y noches verano de hace dos años y medio. Convendrán conmigo que en ese tiempo han ocurrido cosas extraordinarias e inimaginables, muy excepcionales, que han alterado sustancialmente nuestras vidas, nuestros trabajos y también, nuestras formas de sumergirnos en una pantalla que en muchos casos ha sido el único vehículo emocional para sentir sensación de comunidad.
Todo ha cambiado mucho desde entonces. No hay más que levantar la mirada. En todos los órdenes. A los candidatos nos toca a partir de hoy, y precisamente después de todo lo ocurrido, explicar cómo hacer algo extremadamente necesario: elevar el prestigio y utilidad pública de nuestra radiotelevisión pública estatal, y dejar atrás un modelo y unas prácticas que necesariamente deben llevarse a cabo si no queremos que ese actor público fundamental para los tiempos que vivimos y viviremos no se convierta en irrelevante y no ayude, como tiene que hacerlo, a combatir todos los otros virus, más virtuales que biológicos, que amenazan el futuro de las sociedades democráticas. En estos meses especialmente duros, donde otros medios públicos se han prestado con eficiencia, han sido parte esencial en la lucha contra la pandemia y sus consecuencias. Los canarios, y es fácil constatarlo, saben muy bien que eso es posible, que disponen de una plaza pública para compartir información y entretenimiento de calidad donde todos podemos reunirnos sin riesgo alguno de contagio.
Así pues, la primera evidencia en la que todos podemos estar de acuerdo es en cuánto más valoramos ahora la necesidad de contar con servicios públicos potentes y eficaces que alcancen a todos, independientemente del nivel de renta o la ideología que se posea. Para combatir tanta disgregación social y emocional, necesitamos más que nunca contribuir a la cohesión de la comunidad con contenidos que NO nos alienen pero SÍ nos alineen, que nos ofrezca una información confiable, que garantice la pluralidad, el debate de ideas, y nos entretenga con programas que den tanta importancia a la ética como a la estética porque promueven valores de solidaridad y cohesión social. Para combatir tanta desinformación, tanto aislamiento digital que nos polariza y nos divide, creo que hoy es más necesario que nunca contar con una potente y útil radiotelevisión pública, y que, dado su actual y peligroso declive, resulta inaplazable la tarea de despejar el campo para que ese cohete llamado RTVE pueda volver a alzarse y despliegue de una forma eficaz su enorme capacidad para poner luz a pantallas cada vez más negras.
Pero antes de que tal tarea se las asignen ustedes a quienes finalmente formen el Consejo de Administración y especialmente a su Presidente, permítanme que les señale que ese deseo de cambio y transformación de la Corporación RTVE, para que sea posible porque colectivamente es sincero, para que sea parte de las soluciones que requiere este país, y no de los problemas que nos enfrentan, la mecha que puede encender ese cohete depende más de ustedes que de quienes finalmente podamos resultar elegidos. Quien les habla ha sido, y es, beneficiario actualmente de esa voluntad de consenso que tan buenos resultados está dando allí en la radiotelevisión autonómica, que en un año ha pasado de ser la sexta cadena en seguimiento a ser la tercera, y en constante crecimiento. No me corresponde a mi glosar lo hecho, no solo por sincera modestia o falta de tiempo, sino porque cuando se deja hacer, el mérito es de los que lo hacen de verdad, de plantillas comprometidas con contar las cosas tal y como son, y motivadas porque ven ganarse el aprecio de grandes públicos. Nada de eso puede hacerse si ustedes no ponen antes la clave de bóveda que permita sustentar todo lo demás.
La política es entendimiento antes que enfrentamiento, por más que el presente parezca indicar lo contrario. Cada uno de ustedes, de acuerdo al porcentaje de representación obtenido, tienen a sus espaldas a ciudadanas y ciudadanos de nacionalidad española, que son los que realmente costean el Servicio estatal de radiotelevisión Pública que presta RTVE. Si son ellos, independientemente de lo que voten, los que la pagan, convendrán conmigo que, para que de verdad sea de todos, no puede ser de nadie en particular. Si son ellos, la ciudadanía, la que costea este servicio, el derecho a que sea útil es de ellos, y de sus voluntades políticas depende que eso sea así lo más transversalmente posible. Si la política de bloques enfrentados vuelve a imponerse para afrontar esta nueva etapa, todos los esfuerzos que luego puedan hacerse chocarán con ese pecado original. Y esa casa no permite ya más provisionalidad, ni seguir dependiendo de sus alternancias, porque lo que no debería ser alternable es el conjunto de ciudadanos y ciudadanas que la deban apreciar, más allá de cualquier color político si éste está basado en principios democráticos y en la defensa del artículo 20 de nuestra Constitución. Les pido pues, y antes que nada, que hagan ese vital y necesario esfuerzo de consenso y sean ustedes los primigenios protagonistas de esa nueva RTVE.
En línea muy generales, este proyecto de Gestión, y obviando por falta de tiempo los detalles que pueden consultar en la copia que se les ha entregado, pretende acometer de manera visible y tangible la recuperación y relanzamiento de la Corporación RTVE. Y persigue un objetivo similar al que ya atesoran las grandes televisiones públicas europeas (BBC, ZDF, France 2, RAI): posicionarla como el grupo líder de Comunicación en España, y, en paralelo, persiguiendo la máxima influencia en el espacio cultural iberoamericano. Tenemos la suerte de emitir en la que ya es la segunda lengua más hablada del planeta, y esa ventaja debemos aprovecharla como medio y como país. Aspiramos al liderazgo audiovisual desde la utilidad pública, porque no hay Servicio Público sin público. En lo cualitativo y también en lo cuantitativo. Queremos que RTVE se convierta en referencia global informativa y de producción de contenidos en lengua española, y que su influencia en el mundo latino resulte similar a la que la BBC despliega en el mundo anglosajón.
Para desplegar todas las palancas de relanzamiento que posee esa casa y especialmente su plantilla, debemos poner en hora y funcionamiento el reloj de unos medios públicos que tienen que adaptarse a las circunstancias digitales y globales del Siglo XXI. Debemos hacerlo con plena convicción de sus posibilidades, potencialidades y compromiso de servicio publico ético, útil y de contribución al progreso del Estado y sus ciudadanos. Estamos ante una oportunidad histórica, pero antes que para nadie, debe serlo para los trabajadores de la Casa, para quienes trabajan para ella, y sobre todo, para los ciudadanos, a quienes su información y emisiones les debe generar la máxima confianza, credibilidad y respeto.
Decidí presentarme porque siempre han sido las capacidades colectivas las que me han suministrado los aciertos ejecutivos que se me puedan atribuir. Estuve 11 años en esa casa, 6 de ellos en tareas directivas, y he dirigido en dos ocasiones, con la de ahora, la radiotelevisión autonómica canaria. Dirigir es para mí convencer y poder ser convencido: entiendo el liderazgo desde el diálogo para avanzar, y entre todos cumplir los objetivos que nos marquemos. Siempre he creído en equipos compactos y cohesionados, en los que prime el respeto que da conseguirlos gracias a tus propios méritos y capacidades, y que bajo esos principios, las plantillas trabajen como un engranaje que deja fluir el talento y la creatividad del todo.
Ese ambicioso horizonte no impide que no seamos conscientes de la realidad presente; de la resentida credibilidad que le provoca ser parte de la controversia política y social, de su esclerotizada organización del trabajo, de la obsolescencia tecnológica y de la falta de cohesión y aprecio ciudadano en la que ahora se encuentra sumida la Corporación y sus trabajadores. Produce muy buenos programas, pero su audiencia está penalizadada por un grave problema de marca. Es necesario diluir todos esos atributos negativos que dañan su potencia y reputación social. Conozco gente que cree que a estas alturas eso es imposible. Yo he aprendido que, por difíciles que sean las posiciones de partida, es posible generar la necesaria fuerza e ilusión colectiva para afrontar, con sosiego y diálogo, pero también con decisión, las profundas transformaciones de toda índole que se requieren para impulsar todas las inmensas posibilidades y potencialidades que reúne RTVE.
El Proyecto que ustedes pueden hojear en la documentación recibida no es un decálogo de medidas ideales que se abstrae de las urgencias y de las circunstancias económicas y organizativas en las que deben ser implantadas. Queremos abordar una realidad compleja y condicionante que no se resuelve con propuestas ilusorias de difícil o imposible implantación. Tampoco queremos gestionar rutinas que siempre posponen las verdaderas soluciones. Partimos pues de que lo primero que debemos hacer es escuchar a la plantilla, a los proveedores de contenidos, y a la sociedad civil, para poder auditar correctamente la situación de la que partimos. Ese es el paso previo para concretar y fijar con mejor detalle los procesos de implantación de los objetivos que se trazan en el presente Plan de Gestión. También resulta fundamental para esta candidatura abrir un debate responsable y constructivo con las Cortes Generales en todo lo referente a la dotación de un marco estable de financiación que despeje indeseables incertidumbres y garantice un horizonte temporal aceptable para una planificación de actividades a corto, medio y largo plazo. Como depositarias de la soberanía nacional, las Cámaras legislativas son las competentes para determinar todos los aspectos que tengan que ver con su INDEPENDENCIA FINANCIERA, y derivada de ella, su potencial de servicio público e INDEPENDENCIA EDITORIAL.
Nadie puede negarnos la ilusión de aspirar a lo que nadie puede decir que es imposible. No es una quimera imaginar un futuro en el que los trabajadores de RTVE se sientan realizados y reconocidos en su trabajo, ilusionados con las tareas que se les encomiende y adecuados, en numero y formación, a las obligaciones de un Servicio Publico que la ciudadanía española valore satisfactoriamente. Una RTVE apreciada porque reporta un adecuado retorno a la inversión realizada, y que, como un extraordinario valor añadido, sea el principal emblema de una cultura y unos valores que prestigien y revaloricen, tanto para la Corporación como para la sociedad en su conjunto, la presencia e importancia de la lengua y la cultura hispana en el Nuevo Mundo de la Globalización de contenidos y la Economía del Conocimiento.
La independencia de criterio en los informativos de RTVE y en toda su programación debe ser el pilar de la recuperación de la credibilidad de esta empresa. Debo decir que, por razones morales, políticas y de integridad personal, es además de enorme eficacia para un proyecto de recuperación y de relanzamiento de esta naturaleza. La independencia profesional es absolutamente fundamental. Al fin y al cabo, garantizarla es la tarea principal de un buen Presidente de Corporación; convertirse en el parapeto profesional que garantice una libertad de trabajo responsable, veraz y neutral. Es fundamental también cumplir con esa parte del trato.
Es obvio que la Corporación RTVE ha vivido de forma muy convulsa la extraordinaria tensión política y social vivida en España desde que arrancara la depresión económica de 2008. Todo ese impacto critico y presión social, acompañado por una evidente disminución de su potencia informativa ha provocado el dato que recoge la encuesta del Centro estadounidense Pew Research Center, que coloca a TVE como la televisión publica europea de los nueve principales países de la UE que menos confianza le inspiran a sus respectivos ciudadanos.
Una situación así ́convulsiona y tensiona a la redacción y a toda la casa. Se hace urgente mejorar el clima laboral en la Corporación. El pasado no debe seguir construyendo el futuro. Toda la plantilla y especialmente las redacciones de los Servicios Informativos de RTVE, deben mirar hacia delante y contribuir al respeto profesional colectivo, el que transmite una marca que debe ser ejemplo de confiabilidad por su rigor e imparcialidad. Para que el ruido disminuya ahí fuera, primero deben ser los de dentro los que dejen de gritarse y hacerse reproches.
Se hace necesario también dar estabilidad, reponer plazas y adaptar las plantillas a las nuevas realidades tecnológicas, hacer una radio televisión para todas y todos, evaluable en su compromiso de Servicio Publico. Este candidato se compromete a establecer sobre las emisiones de RTVE los “Test de Valor Público”, al estilo de los que realiza la BBC para cada nuevo servicio, o como ampliación sustancial de algunos de los ya existentes, antes de aprobar su nuevo lanzamiento.
Y, por supuesto, necesitamos una radiotelevisión reflejo de la igualdad de género en la que debemos vivir. Que combata el que aún siga existiendo una brecha intolerable y un tratamiento del género femenino aún demasiado sujeto a estereotipos perjudiciales para una efectiva igualdad de derechos y ejercicio de las oportunidades en el desarrollo personal y social de ellas. Y, por supuesto, debe practicarse con el ejemplo en la conformación de sus estructuras directivas. Es, además, altamente eficaz. Se los dice alguien que le debe mucho a ellas, a todas las compañeras de Organigrama que he tenido siempre como principales y mayoritarias colaboradoras. Con el potencial que ellas aportan, nunca he entendido que algunos puedan confundir lo naturalmente obligatorio con una obligación que deba imponerse.
El Proyecto de Gestión que pueden consultar también plantea fórmulas para diseñar una radiotelevisión más representativa, participativa y colegiada, potenciando sus órganos internos, como los Consejos de Informativos. También medidas concretas para que actúe como elemento de cohesión territorial, para que sea motor de nuestra industria audiovisual, que propone alianzas hermanas para fortalecerse. Proponemos fórmulas para una televisión que sepa salir bien del televisor para irse a cualquier tipo de pantalla, y que de esas nuevas formas de comunicación obtenga recursos que aumenten su propia financiación. En resumen, un catálogo de propuestas realistas para definir una Estrategia y recuperación del sentimiento corporativo, con medidas concretas para cada una de sus sociedades, canales y soportes de emisión, con vocación de liderazgo en Radio Nacional y TVE.
En cualquier caso, y ya para finalizar, no hubiera hecho ese esfuerzo de concreción y no me hubiera atrevido a asumir esos compromisos si no estuviera convencido de la fuerza creativa, talento y capacidad que tiene la plantilla de RTVE para conquistar su propio futuro. Allí aprendí a ser lo que hoy soy en este oficio. Guardo muy buen recuerdo, y creo que también lo guardan los que entonces eran mis compañeros. Por eso decidí presentarme, mucho antes de que el destino me llevara por segunda vez a dirigir una televisión pública más pequeña pero no menos comprometida con los mismos valores que les he expuesto en mi intervención, y con una fabulosa plantilla que está siendo tremendamente generosa conmigo me desempeño ahora muy a gusto y muy realizado. Independientemente de cual sea la elección que tomen, estoy seguro que todos los candidatos deseamos lo mismo; que, al margen de nuestras suertes, sean los trabajadores los que ganen en el desempeño que tienen encomendado, y con ellos, la sociedad española. Esta debería ser la ocasión para que así sea, pues no quedan muchas más. Muchas gracias.Francisco Moreno Francisco Moreno Francisco Moreno Francisco Moreno Francisco Moreno Francisco Moreno Francisco Moreno Francisco Moreno Francisco Moreno Francisco Moreno